Palabra

Dueña del universo
querría ser de otro para hacer callar la voz de mí.
Dueña de todo el alfabeto y las vacantes
dirá la cruz,
mi dios,
si se parece a dios
y sólo a ella todo mi grito nace.
En mi espejo está la prueba
Ella, boa y placenta urgente
clama a mi faro este saludo,
Perpetua.
Merodeando está el vacío en esa mar.
Mi palabra platica de la espina:
se ha ido yendo y quedando
desfalleciente,
doliente entre los hiatos,
. . . en esos blancos,
Y estalla
fundiendo
en todo mi texto
donde no alcanza nada para ti, lector.
.
.
.

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